Manuel Delgado
MANUEL DELGADO SÁNCHEZ-ARJONA, LA
CRÍA COMO MOTOR DEL TURF
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Junto a G. Arizkorreta, preparador de sus caballos |
Manuel Delgado Sánchez-Arjona entregó hace unos días el premio al
ganador de la Copa de Criadores para potros nacionales de dos años. Esta prueba
de la competición que él mismo fundó en 1988 para fomentar la cría nacional
lleva ahora su nombre. A sus 85 años, es una de las personas más respetadas del
hipódromo. El año pasado recibió el Premio Pablo
Font y cada domingo asiste a las carreras con la misma ilusión que el
primer día, una tarde de primavera de 1941.
ALUMNO APLICADO
Conversando con él, lo primero
que llama la atención es su fabulosa memoria cuando rememora al detalle cómo descubrió
el turf, el mismo año que se inauguró el hipódromo de La Zarzuela: “Había aprobado el segundo curso de
bachillerato con buenas notas y mis hermanos me trajeron al hipódromo como
premio. Era el día del Gran Premio de Madrid, pero nunca podré olvidar, a mis
once años, mi primera carrera como espectador y a una potra llamada Gris Mine que me sorprendió apareciendo
por el verde de la recta final. Aquella imagen me dejó enganchado para siempre”.
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El hipódromo de La Zarzuela en 1941. Manuel Delgado ya estaba allí. Imagen de ABC |
Manuel también recuerda cómo, un año después y ante el asombro de
sus amigos del colegio, vaticinó la inesperada victoria de Cuir de Russie en el Memorial: “Lo
cual me proporcionó una aureola increíble como pronosticador, no siempre
después confirmada” y relata con pasión las hazañas de sus caballos
favoritos: “Baratissima, Caporal, Rheffissimo, Manola y Teresa, todos
caracterizados por su clase, determinación y voluntad de correr”. De aquellos primeros años de afición también
recuerda al jinete por el que sentía admiración: “Michel Leforestier, un
francés que corría muy bien en punta gracias a su gran sentido del paso y acabó
siendo el jardinero del hipódromo de Lasarte cuando se retiró”. Aquel turf
era muy distinto del que conocemos hoy: “Las
carreras estaban más restringidas y no venía un público tan diverso al
hipódromo. Ahora son más populares, aunque cuando Ifniri ganó el Gran Premio de Madrid (1970) coincidía que se rodaba
allí una película de Arturo Fernández
y cuentan que había en La Zarzuela 10.000 personas”.
UN ENTUSIASTA DE LA CRÍA
En Ciudad Rodrigo, su ciudad
natal, está la dehesa donde ha criado toros de lidia y también purasangres. “Empecé criando caballos cruzados con un
semental, Longue Carabine, que había
disputado el Gran Premio de Madrid de 1962, hasta que pude comprarle a un
jugador de Polo una yegua llamada Cavalcata
que antes también había sido corredora; y así fue como llegó Marcial, que nunca fue una estrella
pero se convirtió en mi primer potro ganador”. El primer gran caballo que
salió del Haras de Ciudad Rodrigo fue Higinio,
ganador del Memorial de 1984 para su propietario Alejandro Calonje: “Aquel año
tenía cuatro potros e Higinio
destacaba desde el principio por su agilidad y prestancia; intuía que sería un
campeón. Otro de ellos era Alaraz,
el primer Alaraz, que ganó once
carreras, pero Higinio llegó a
convertirse en el caballo que más dinero había ganado en premios en España
hasta ese momento”.
En la yeguada se criaron Grimaldo, La Vellés, Olmedo, Chompa, Kundry, Es Vedra, El Jaque o Camille, entre otros. La cría ha sido siempre su gran pasión y, ya
al frente de la Asociación de Criadores, puso en marcha nuestra Breeder’s Cup
en 1988: “Entonces había cuatro carreras,
dos para machos y dos para hembras sobre diferentes distancias. Se trataba de
buscar rentabilidad para los dos años de los siempre altruistas criadores y
propietarios. De allí salieron potros estupendos como Istmo Blanco, Monet, Bass o Primer Amor, y hembras como Kathleen
o Lusitana. En aquella época, a
principios de los 90, nacían en España 600 potros al año. Ahora solo nacen 100.
Hemos vuelto a los niveles de hace cincuenta años. El cierre del hipódromo hizo
muchísimo daño porque desapareció el 80 por ciento de los criadores. Es
milagroso que aún los siga habiendo”.
RILKE Y EL SEGUNDO ALARAZ
“Un criador –dice Manuel- es un señor con una afición tremenda, una
ilusión enorme, una gran constancia, mucha imaginación y bastante humildad
porque la realidad trunca a veces las mejores expectativas. En mi caso, siempre
he tenido más afición que medios”. De esa ilusión ilimitada han surgido recientemente dos magníficos caballos
nacionales, Rilke y Alaraz: “Rilke, con un físico
espectacular, era una estrella en el paddock; nació en Milagro y vino a la
finca con dos meses; lo hacía todo bien. Después de ganar el Derby -carrera
emblemática para mí como la que más- y aunque ese otoño fue segundo en el
Villamejor, tuvo una lesión de tendones le impidió volver a ser el mismo. Ahora
ejerce como semental para caballos de deporte en una yeguada abulense donde está
muy bien cuidado. El nuevo Alaraz es
un caballo con mucho futuro que, posiblemente, acabe ganando tantas carreras
como su homónimo. Alaraz sí que ha
nacido en mi casa y allí estuvo hasta que, con 18 meses, vino al hipódromo.
Esperamos que madure porque es muy voluntarioso y algo infantil. Hay mucha
confianza en él”. Ambos pertenecen a la cuadra Claret, una sociedad de
cinco amigos entre los que se encuentra el ministro de Cultura, Iñigo Méndez de Vigo, a quien Delgado conoce desde hace unos 35 años:
“Coincidimos en una reunión de trabajo,
cuando yo era senador por Salamanca y él un joven letrado de las Cortes,
empezamos a hablar, descubrimos que nos unía el turf y los días de carreras nos
juntábamos en lo que llamábamos el rincón del aficionado, ese lugar
privilegiado situado enfrente de la meta y en la parte más elevada de la
tribuna sur. Siempre ha sido un excelente amigo, gran aficionado y muy
entendido”.
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Rilke, ganador del Derby, la victoria que mayor ilusión le hizo. |
En Ciudad Rodrigo, Manuel Delgado tiene tres yeguas: una
en propiedad (Anysheba, con nietas ganadoras de Grupo en Francia, una
yearling de Diktat y preñada de Lucayan) y dos compartidas con Méndez de Vigo (The Sun Also Rises, con una foal de Caradak y preñada de Rajsaman;
y Lamuza, preñada de Alexandros). Además tiene un potro en
entrenamiento, Santiz (Diktat y The Sun Also Rises) y dos yearlings: un propio hermano de Santiz y una medio hermana de Alaraz (por Multazem) vendida en la última subasta ACPSIE. Mantiene, por tanto,
muy viva su ilusión por las carreras, a pesar del último parón y de la crisis
que afecta a la cría en España desde hace dos décadas: “Es muy peligroso que no haya cría nacional porque el propietario queda
cautivo del mercado exterior. Lo positivo es que hay caballos nacionales que
están teniendo un éxito fuera de España que nadie podría imaginarse. Los hijos
de Diktat y Caradak están brillando en carreras de Grupo y los resultados de First Selection, Friné o Sir Andrews son
excelentes para una cabaña de solo 100 nacimientos al año. Hay buenas carreras
para nacionales pero no hay suficientes caballos. Hay una afición enorme pero
faltan propietarios, aunque el resultado de la subasta de yearlings del otro
día fue bastante aceptable.”
Manuel Delgado sabe que el
turf español sigue a años luz del de nuestro entorno, condenado a espectáculo
para minorías, pero aceptar esta realidad no le hace replegarse en el
pesimismo: “No podemos compararnos con
Francia porque las tradiciones son distintas. Aquí las fiestas de los pueblos
se hacen con toros mientras que allí se hacen con caballos de carreras. A pesar
de todo, confío en el porvenir de nuestro turf y en la pronta solución de la
apuesta exterior”.
Noviembre de 2015 (publicado en A Galopar)
Carlos Guiñales
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