El turf se moviliza

EL TURF SE MOVILIZA


El pasado 13 de marzo, tres meses y medio después de la paralización de las carreras, el mundo del turf salió por fin a la calle para hacer pública su indignación. Cerca de 250 trabajadores, propietarios y aficionados se concentraron ante la sede de SEPI, accionista mayoritario del hipódromo de La Zarzuela, en busca de una solución. Desplegaron pancartas (“SEPI ayúdanos”, ”No más esperas” o “Madrid, única capital europea sin carreras de caballos”) y corearon diversos cánticos. El jockey Paquito Jiménez, uno de los promotores de la iniciativa, justificó el lugar elegido para la protesta: “Son los propietarios del hipódromo y los primeros a quienes tenemos que pedir explicaciones. No buscamos culpables sino soluciones. Hasta ahora la mitad de lo que nos han dicho unos y otros es mentira. Pensamos que si todos ponen algo de su parte y dejan a un lado su orgullo podría haber carreras ya. Éste es nuestro sustento y ya tenemos problemas para llegar a final de mes. No podemos aguantar más”.

700 FAMILIAS EN PELIGRO

Emigrar o cambiar de profesión. En esa encrucijada se encuentran cientos de profesionales y trabajadores relacionados con el turf. Si la solución no llega antes de un mes, Jiménez hará las maletas y se marchará a trabajar a Inglaterra, aunque sea a costa de dejar de montar en carreras. También Borja Fayos se replantea su futuro: “Llevamos casi cuatro meses sin montar aquí y estamos sufriendo económica y físicamente. Hemos venido para que al menos nos escuchen. Solo soy un trabajador del hipódromo y no sé cuál es la solución, pero creo que esto tenían que haberlo previsto antes. El mes que viene me iré a Francia o buscaré otra alternativa. Así no podemos seguir ni un día más”. Apenas hubo ausencias entre los jockeys. Óscar Ortiz de Urbina, Janacek, José Luis Martínez y José Luis Borrego, entre otros, asistieron a la protesta. También lo hicieron jinetes aficionados, como Marcos Carmena; y jockeys ya retirados pero siempre activos, como Paulino García. Y, junto a ellos, decenas de ayudantes y mozos, sin duda el eslabón más débil de la cadena: los primeros en ser despedidos cuando una cuadra se queda sin caballos.

A finales del año pasado, por ejemplo, el preparador Jesús López estaba esperanzado. Tenía un magnífico lote de caballos. “Los de Bering y unos cuantos más se han marchado. Hemos pasado de tener una temporada consolidada en Madrid, con buenos premios y un programa atractivo, a tener que buscarnos la vida en Francia. Estoy aquí para reivindicar nuestro trabajo. Había distintas opiniones sobre si éste era el sitio adecuado o no para hacerlo; y algunos compañeros, de hecho, han preferido no venir y hay que respetarlo, pero creo que algo había que hacer. La solución es compleja y no sé cuál puede ser, pero necesitamos carreras con urgencia”

López se ha quedado con 17 caballos. Tolo Gelabert solo mantiene a seis en sus boxes: “El año pasado tenía 14, pero los propietarios, comprensiblemente, se los han llevado a Francia o a San Sebastián. Si seguimos así, dentro de un mes no quedará ni un caballo. A los propietarios que siguen con nosotros hay que darles las gracias por la paciencia que están teniendo. No sé qué hacer porque no tengo caballos para irme a Francia y marcharme a San Sebastián sería muy costoso. Tendría que buscarme la vida en otra parte. Para mí el problema es muy simple: hay una guerra personal entre la presidenta del hipódromo de La Zarzuela y la Sociedad de Fomento, y mientras alguno de ellos no dé un paso atrás esto no se va a solucionar”.

Juan José Chavarrías, con un solo caballo en la actualidad, repartía ánimos entre sus compañeros, aunque reconocía que la situación es complicada: “Queremos saber quién quiere que haya carreras y quién no lo quiere. SEPI tiene que dar el primer paso. Hace falta una medida de emergencia para que la actividad no cese”. La marcha a Francia de la cuadra Cielo de Madrid ha dejado al decano de los preparadores, Ovidio Rodríguez, con solo cuatro caballos. “Al final se los he traspasado a mi hijo Jorge y ahora me dedico a ayudarle, porque lo que no quiero perder el contacto con los caballos”. Durante la protesta, Ovidio pasó largo rato charlando con Mauricio Délcher, también decano –sin duda, emérito- del turf español. Fue una bella imagen: dos supervivientes de la crisis del 96 apoyando a los más jóvenes casi veinte años después del primer derrumbe.

PROYECTOS EN EL AIRE

La concentración tuvo lugar en día laborable y muchos propietarios y aficionados no pudieron ir. Algunos expresaron su apoyo desde distintos rincones de España a través de las redes sociales. Los propietarios que asistieron se mantuvieron en segundo plano, conscientes de que los trabajadores son los que más se juegan en esta lucha, aunque la mayoría comparte sus mismas dudas. Luis Morgado, titular de la cuadra Miranda, ya ha trasladado al sudoeste francés a todos sus caballos en entrenamiento y se plantea qué destino le espera a su yeguada: “En Guadalajara tenemos dos sementales, cinco yeguas de cría, seis yearlings y seis foals. Es muy duro mantener proyectos así en España sin tener claro el futuro. He venido a apoyar la reivindicación justa de los profesionales. Está todo tan intrincado que la solución pasa por que se den carreras como sea, utilizando el regulador que haga falta”.

Alfonso Núñez, de la cuadra Altamira, no pierde la fe en el turf español, aunque reconoce no entender muchas cosas: “Los responsables de esto tienen que dejar a un lado las rencillas personales. España tiene una cultura hípica muy antigua y me asombra que algunos no se den cuenta del dinero y los empleos que el turf puede generar. Se está menospreciando una industria con un potencial enorme. Tengo 20 caballos en entrenamiento en Madrid y otras tantas yeguas de cría en Francia e Irlanda. Mi intención era traerlas a España, pero estamos a la espera de que llegue una solución. De momento, tres o cuatro caballos irán a Francia porque quiero darme el gusto de verlos correr cerca. Los demás, si esto no se arregla, embarcarán a Estados Unidos, donde dispongo de buenas instalaciones. Tengo dos años con muy buenos orígenes que no puedo desperdiciar. Me doy un plazo de 30 días”.

Jesús Fernández Mur, propietario de Odisea, intentaba transmitir algo de calma. “Tenemos que caminar todos unidos y olvidar todo lo anterior. Puedo garantizar que todas las partes están trabajando porque todas quieren que haya carreras, pero es el momento de la discreción. La madeja se ha hecho tan grande que hay que empezar a desliarla cabo a cabo, y eso es lo que estamos haciendo. Tengo 16 caballos en entrenamiento, uno más que el año pasado. Algunos como Vamos España, Diego Valor, Buscavidas o Ventarón correrán en Francia porque tienen buen valor, pero lo habrían hecho igual aunque hubiese carreras en Madrid”.

Numerosos aficionados también mostraron su solidaridad con los trabajadores del turf y su indignación ante el conflicto que ha suspendido las carreras. Abraham García, muy presente en la línea de batalla durante la primera travesía del desierto, no esperaba tener que revivir aquello: “Me parece una vergüenza. Para los profesionales del hipódromo, acostumbrados a vivir con un pie en el estribo, es una verdadera tragedia que quienes dirigen este mundo equino, que se rige por la celeridad, vayan a paso de galápago. Nunca tuvimos tan buen plantel de caballos ni propietarios tan altruistas, y justo es estas circunstancias tan esperanzadoras surge un parón absurdo por extraños desencuentros. Debería solucionarlo, sobre todo, el Estado”.


Al final de la concentración fue otro influyente aficionado, Carlos Pellón, de la Peña Hípica La Timba, quien -junto a Paquito Jiménez- entró en la sede de SEPI para entregarle a su presidente el texto en el que se pedía a SEPI, la abogacía del Estado y el CSD la reanudación inmediata de las carreras. Salieron entre aplausos, con un mensaje claro: “Esto no acaba aquí. Seguiremos manifestándonos donde haga falta”. Poco después se anunció una nueva concentración ante la sede del Partido Popular. El mundo del turf ha tardado en movilizarse, pero ahora parece dispuesto a llegar hasta el final. Conseguir que haya Carreras Ya. O al menos antes de que sea demasiado tarde.

Marzo de 2015 (publicado en A Galopar)

Carlos Guiñales

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