Los martulianos
FERNANDO MARTÍN Y FERDEMENTE: LOS MARTULIANOS
Año 1983. Fernando García Mon, fundador de la cuadra Martul, invita al
hipódromo a su amigo Fernando Martín
Barrios. Queda fascinado de inmediato y se hace copropietario de Marusinia, única representante de la
cuadra. Es el incio de una larga trayectoria -trufada de victorias, derrotas, hazañas
y tragedias- que, ya sin participación de García
Mon, todavía continúa. También es el comienzo de una amistad inmarchitable
entre dos familias unidas por el turf: los Imaz
y los Martín.
LOS AÑOS DE MADRID.
Si Fernando
Martín se aficionó a las carreras al instante, a su hijo le sucedió algo
parecido, pero siendo mucho más joven. Se llama también Fernando, pero en el turf todos le conocen como Ferdemente: “Recuerdo mi primera apuesta. Tenía diez años, mi padre me dio unas
monedas y jugué la doble Ulster-Escuadrón. Ganaron los dos. Pero el
caballo que más me gustaba entonces era Pier
Luigi. Era muy honrado y siempre estaba en el trío. Después Ciclón, One to Two y Rizzino,
todos de Ángel Imaz, pasaron a ser
mis favoritos”. Desde aquel tiempo ambos han compartido su locura por las carreras. Relatan al
unísono la primera victoria de uno de sus caballos: “Fue muy emocionante porque Cayado
corría en Lasarte y nosotros estábamos en La Zarzuela, escuchando la carrera
por la radio a través de la megafonía del hipódromo”.
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Varicelle, la vallista de Martul en pleno salto |
Las victorias continuaron. Caminito, Lengo, Tirgoviste, Wladimir y Kall –que batió a la gran Robertiya
en el Primer Paso- certificaron el buen oficio de Ángel Imaz con los potros, al tiempo que Varicelle se convertía en una brillante saltadora. Después el
hipódromo madrileño cerró, el preparador se marchó a San Sebastián y la cuadra Martul se quedó sin caballos, pero la
afición de padre e hijo prosiguió unida a la relación con Imaz: “Cuando había carreras,
íbamos a menudo a verle a Lasarte. Ángel
ha sido algo más que un preparador. Por encima de todo es un amigo, uno más de
la familia”, confiesa Fernando Martín.
LOS AÑOS DE
SAN SEBASTIÁN.
Los martulianos regresaron todavía con más
fuerza con la reapertura del hipódromo de La Zarzuela, aunque decidieron que
sus caballos estarían allí donde los Imaz
pudiesen entrenarlos, y ellos permanecieron en Lasarte: “No es ninguna desventaja –dice Fernando-.
Al contrario, yo soy de Bilbao y es una
buena excusa para viajar y visitar a la familia. Además el programa del
sudoeste francés es muy atractivo. Hay hipódromos en muchas ciudades que están
a 200 kilómetros de San Sebastián y se puede ir y volver en el día. En Francia
siempre nos han tratado muy bien y los caballos son más fáciles de
rentabilizar, aunque también reconozco que ahora en Madrid se están haciendo
muy bien las cosas y hay carreras casi todo el año. Nos gustaría que estuviesen
aquí, pero la prioridad es que estén con Ana.
Ha heredado la experiencia de su padre con el ímpetu de su juventud y es una
gran trabajadora. Partiendo de la idea de que esto es una diversión y no un
negocio, creo que es la preparadora con la que menos dinero se pierde”.
En Mont de Marsán, Dax, Tarbes o Pau los
martulianos han logrado numerosas victorias. Son pequeñas poblaciones que,
después de tantos viajes, Ferdemente
conoce bien. En Tarbes reapareció precisamente Sleeping Wan hace unas semanas después de ocho meses sin correr: “Los hipódromos están prácticamente vacíos
pero no importa, porque allí toda Francia puede apostar a través del PMU”.
PAZIFIKSTURM.
Dancing Major fue el primer caballo que
corrió para Martul en la segunda etapa de la cuadra, pero muy pronto llegó Padeel “un caballo espectacular con un remate explosivo”, recuerda Fernando del ganador del Cimera de
2006, y después apareció Tsarabi,
vencedor del Derby en 2008 y del G. P. de San Sebastián en 2009: “El secreto de tener buenos caballos siempre
ha sido el ojo clínico de Ángel y Ana para elegir en las subastas.
Nosotros les acompañamos, pero ellos miran y remiran cada yearling hasta que
hacen la selección”.
Ghost Rules costó 12.000 euros; Sleeping Wan, 3.500; Pazifiksturm, 24.000… ¡Y ganó
más de 200.000! Pero al hablar de Pazifik
la emoción se impone sobre las frías cifras matemáticas, porque la gloria y la
tragedia cabalgaron juntas sobre el hijo de Samum: “Lo compramos en Baden
Baden –recuerda Fernando-. Stamina
Turf nos acompañó y a Ángel le encantó desde el principio.
Fue de los últimos en salir a subasta y era pequeñito; por eso creo que no
subió mucho la puja”. “Fui a Toulouse
a ver su debut –añade Ferdemente-
y solo fue sexto, pero me gustó su
remate. Vi algo especial. Su siguiente carrera, en Dax, la ganó por seis
cuerpos”. El caballo se destapó definitivamente en la Copa de Oro de 2010,
disputada sobre un barrizal: “Antes de la
carrera Ana había recorrido a pie
toda la pista y le dijo a Hamel que
fuese por el exterior. Fue una carreta
muy bonita, llegué a pensar que ganaba, pero al final saltó Bannaby y nos cazó”, remacha Fernando.
En otoño ganó el Villamejor y en
2012 encadenó rotundas victorias en la Mijas Cup, el Gran Premio de Casablanca
y –esta vez sí- La Copa de Oro. A sus seis años, después de ser tercero en el
Gran Premio de Madrid, el caballo se rompió: “Fue en un entrenamiento previo a su cuarta Copa de Oro. Lo intentamos
todo para recuperarlo, al menos para salvar su vida, pero fue imposible. Hubo
que sacrificarlo. Fue muy duro, pero nos quedamos con lo mucho que nos ha
dado”. Ferdemente, en cuyo
perfil de twitter puede leerse: “A veces
los sueños se hacen realidad, y el nuestro se llamó Pazifiksturm”, recuerda esa magia que desprenden los campeones:
“Sabíamos cuándo iba a correr bien porque
si estaba en forma se volvía loco. Si en el paddock lo veías haciendo el indio,
podías estar tranquilo”.
Pazifiksturm ganando la Copa de Oro. Imagen: M.A. Tejado. |
EL RELEVO.
Después de tres décadas al frente
de Martul, Fernando Martín ha pasado
el testigo a sus hijos, Ferdemente y
Esteban: “Llegamos a tener 18 caballos en la cuadra, pero la situación económica
y la desgracia de Pazifiksturm, unida
a la mala suerte que también corrieron Amadeo
Rey y algún otro, hicieron que nos desprendiésemos de la mayoría. Ahora
solo tenemos dos, Ghost Rules y Sleeping Wan”. Suficientes, según Ferdemente, para seguir disfrutando
como propietarios: “El Derby de Ghost Rules no salió como estaba
previsto. Las instrucciones no eran esas y el jockey nos pidió disculpas. Y con
Sleeping Wan Ana quiere correr la Copa de Oro”. Su padre concluye la
conversación: “Es posible que en otoño
volvamos a Alemania a alguna subasta, por si encontramos un sustituto para Pazifisksturm…”.
Pocos días después de realizar la entrevista que dio pie a este reportaje, Sleeping Wan sufrió una lesión irreversible en la carrera preparatoria para la Copa de Oro, un nuevo y duro golpe para la cuadra Martul. A pesar de todo, los martulianos adquirieron dos yearlings en las subastas de otoño: Pephermo (Bushranger) y Sturm (Wiener Walzer). Ambos entrenan ya en Lasarte a las órdenes de Ana Imaz con la esperanza de poder correr en 2015 (no solo en Francia sino, por supuesto, también en España).
Enero de 2015
BONITA HISTORIA!!.
ResponderEliminarCreo Carlos que debias continuarla hasta nuestros dias,
fines del 2016.Se lo merecen los "Martules".