Javier Aznar

JAVIER AZNAR. CANTABRIA EN LOS HIPÓDROMOS.

Javier Aznar repasa el mapa de Cantabria en busca de nombres para los cinco potros de dos años que ha comprado en las subastas, pero los topónimos de la comunidad (Besaya, Langre, Altamira, Somo, Cabárceno, Liébana, Galizano, Barreda, Ruiloba, Esles, Arnuero…) comienzan a agotarse. Y eso nos recuerda el gran número de caballos de la cuadra Bering que han corrido en los hipódromos de todo el mundo. Entre ellos sobresalen dos ganadores de Grupo I: Suances y Portus Blendium (nombre romano, precisamente, de Suances). Javier Aznar cree que ciertos nombres traen suerte.

DE LA CUADRA ENVITE A LA CUADRA BERING.

Lo curioso es que Javier no nació en Cantabria, sino en Madrid, y fue el hipódromo de la Zarzuela el primero que frecuentó desde muy joven. Con apenas ocho años, él y su hermano se hicieron fans de Todo Azul, el caballo que ganó el Gran Premio de Madrid de 1965 para la cuadra Esperanza. El amor por Cantabria llegó después: “He vivido muchos años en Santander. De allí es mi mujer y allí han nacido mis hijos. Es una tierra que me gusta mucho”.

Sus primeros caballos los compartió con José González Mayo y Alejandro Calonje. Los tres crearon la cuadra Envite, cuyos primeros defensores, Lansdowne Road y Rua Ruera, no hicieron maravillas, pero descubrió que ser propietario podía ser divertido y compró a Loonika. Con ella debutó la cuadra Bering en 1991 y ganó su primera carrera en 1992. Al año siguiente llegó Cumbrales: “Lo compramos en Deauville. En la Poule se dio un golpe muy fuerte y nunca llegó a recuperarse del todo, pero aun así fue capaz de ganar el Derby y el Romanones (G.P. de Madrid de 1995)”.

En poco tiempo los éxitos de Cumbrales, Usgo, Oleada, Tell y Prior Tempore –al principio bajo la tutela de Carudel y después con la familia Chavarrías al frente- convirtieron a Bering en una cuadra relevante y con futuro, pero fue entonces cuando el hipódromo de La Zarzuela echó el cierre, provocando la mayor diáspora del turf que ha habido en España.

LASARTE, DÉLCHER Y SUANCES.

Algunos profesionales emigraron al extranjero. Otros cambiaron de oficio o se retiraron. Solo unos pocos continuaron en España. Viajaron con sus caballos y sus bártulos a San Sebastián o Sevilla y allí iniciaron una nueva vida. Javier Aznar fue uno de los propietarios que les dio su confianza: “Me tuve que llevar casi todos los caballos a San Sebastián, donde se instaló Mauricio (Délcher Sánchez). Lasarte no era el hipódromo que conocemos hoy. Cuando llegamos los boxes estaban en ruina y la pista era un desastre. Tuvimos que insistir mucho con los políticos para que se hiciesen reformas y al final lo conseguimos. Fue una época muy dura, pero la recuerdo con cariño. Lo que hicieron los Délcher, los Imaz, los Covarrubias, Román Martín, Leopoldo Michelena, Ovidio Rodríguez, Félix Sanz y algunos otros permitió que las carreras pudiesen continuar en España. Y eso es algo que nunca se ha reconocido lo suficiente”.

En Lasarte debutó precisamente Suances. El público donostiarra quedó cautivado por el espectacular galope de un caballo llamado a conquistar Europa: “Lo compramos en la subasta de Deauville a un precio muy razonable. Nos gustó en cuanto lo vimos. Mauricio tuvo una especie de corazonada con él. Era un portento físico, un fuera de serie”. Con José Luis Martínez ganó el Prix de Guiche (Grupo III) en Longchamp y con Gerard Mossé el Jean Prat (Grupo I) en Chantilly. El paralelismo de Suances con Noozhoh Canarias es inevitable. “Cuando tienes un caballo tan bueno se te va de las manos. Es un sueño, pero también es una preocupación. Me hicieron una oferta muy importante por él y tuve un gran dilema. Me dio mucha pena tener que venderlo, pero al final se convierte en un acto de responsabilidad si quieres seguir financiando tu afición de alguna manera”

Suances, ganador de Grupo I en Francia. I
magen: EquipoZoom
Suances, ya con su nuevo propietario, viajó a Estados Unidos y allí continuó maravillando a unos aficionados que, al buscar su nombre en Google, descubrían una pequeña población costera situada al norte de España. En Inglaterra, al mismo tiempo, los turfistas más curiosos advertían la presencia de la playa del Puntal al final de la bahía de Santander, pues Puntal se llamaba el caballo de Aznar que se hizo vallista a las órdenes de Martin Pipe y disputó el Grand National. ¡Lo hizo hasta en cinco ocasiones! Y quien haya querido husmear en la etimología de los caballos también habrá podido saber que Portus Blendium (ganador de la Copa de Oro de Hong Kong, Grupo I) y Suances son, en realidad, la misma cosa.

Suances se convirtió además en la punta del iceberg de un turf herido que luchaba con bravura por sobrevivir: Okawango ganaba un listed tras otro, Persian Ruler disputaba grandes carreras around the world y Califet se colocaba en el Arco del Triunfo: “Cuando corríamos en Francia –recuerda Aznar- lo hacíamos siempre con mucha dignidad. En aquella época conseguimos recortar las diferencias gracias a los grandes profesionales que había en España. El mérito de Mauricio Délcher, por ejemplo, ha sido brutal”.

APOSTAR EN LAS SUBASTAS.

El propietario de Bering no apuesta en las carreras jamás, ni siquiera a sus propios caballos cuando corren, pero le encanta ir a las subastas de yearlings y -asesorado por el director de Stamina, Rafael Rojano- apostar sobre los campeones del futuro: “Podemos estar diez horas viendo caballos sin parar. Suelo guiarme por la impresión. Hago una selección previa y, si no es un disparate, compro lo que me ha gustado”.

Cántabro, uno de los caballos con más futuro de la cuadra Bering


La cuadra tiene en la actualidad potros de tres años muy prometedores: Cántabro es muy bueno, aunque todavía no está a su máximo nivel. Yuso será mejor en más distancia. Alfoz, por ahora, es ingobernable. Tengo un excelente entrenador, Jesús López, que además en una magnífica persona”.

Más crítico es cuando valora la gestión que en España se hace de las carreras: “Hay que sacar la apuesta exterior y hacerla lo más sencilla posible. También hace falta una escuela de aprendices. Y hay que promocionar turf todos los días, no solo cuando corre Noozhoh Canarias o montando un espectáculo en La Castellana. Lo que hace falta es que la gente venga al hipódromo todos los domingos y se fabrique sus propios favoritos”.

Javier Aznar vuelve a ilusionarse cuando habla de los potros de dos años: “Una hija de Duke of Marmalade, un hijo de Vale of York, un hermano de Cielo Canarias por Dylan Thomas… Todavía no sé qué nombres tendrán. Existe un pueblo en Cantabria llamado Correpoco, pero no sé si será una buena idea…”, dice entre risas, recordando que los nombres traen suerte.

Mayo de 2014 (publicado en A Galopar)

Carlos Guiñales

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