25 ANIVERSARIO DE A GALOPAR 

A Galopar celebró una fiesta inédita en la historia de las carreras de caballos en España. Un reconocimiento único porque ninguna revista hasta la fecha, como afirmó Miguel Ángel Ribera, bibliófilo del turf, ha alcanzado semejante longevidad: 25 años en activo sin dejar de publicar uno solo. Todos los sectores del turf asistieron a la ceremonia: jinetes, preparadores, criadores, propietarios, directivos de las carreras y aficionados. El acto se celebró al aire libre en uno de los recintos del hipódromo y tuvo, a pesar de la pandemia, una asistencia fue muy superior a la prevista. 

Julio Díez, director y fundador de A Galopar, tomó la palabra con el primer número de la revista en sus manos y confesó, con cierto humor, que aquel ejemplar primigenio estuvo a punto de ser el último: “El hipódromo atravesaba una situación crítica. Estaba lleno de deudas y no se pagaban los premios, pero se decía que un grupo italiano inversor se iba a hacer cargo de todo y lo iba a reflotar. Me lo creí y animé a Fernando a sacar una revista, pero con aquel primer número nos pasó de todo: perdimos los datos que teníamos en el ordenador, la imprenta se averió y tuvimos que hacer el reparto, que duró día y medio, bajo una tormenta brutal, en mi caso caminando de un punto de venta a otro bajo el paraguas y con una mano herida. Al llegar a casa me dije: esta es la primera y última revista que sacamos. Pero el domingo, al llegar al hipódromo, fue tan bonita la acogida que no tuvimos más remedio que seguir adelante a pesar de que los inversores italianos nunca aparecieron. Que A Galopar lleve 25 años es un reflejo del espíritu del turf español, con toda su capacidad de resistencia, su afán de superación ante la adversidad y la fuerza para levantarse por dura que sea la caída” .

Durante estos 25 años, A Galopar ha sobrevivido al cierre durante 9 largos años del hipódromo de la Zarzuela, a la crisis que en 2015 paralizó el turf durante 8 meses y a una brutal pandemia. Cuando Fernando González, la otra mitad de la revista, tomó la palabra, subrayó el apoyo incondicional de los aficionados y contó la anécdota de un suscriptor de un pueblo de Murcia que llama con impaciencia si la revista no llega a su hora. Una anécdota convertida en impulso para seguir adelante un número tras otro: “A Galopar son los aficionados”, sentenció Fernando. 

En una época difícil para los medios de comunicación en general y para la prensa escrita en particular, Álvaro Urbano, exdirector de carreras del hipódromo de La Zarzuela, criador, propietario y antiguo jinete aficionado, ponía el acento en la capacidad la revista para resistir contra viento y marea: “Es increíble, con todos los vaivenes que ha habido a lo largo de estos 25 años y, sobre todo, con la revolución digital, haber sobrevivido con una revista de papel impreso. Pero a mí, que soy un antiguo, lo que me apetece es marcar en rojo los ganadores y añadir mis tablas. Hay que ir a por los próximos 25”. 

Ese deseo lo expresaba también un Guillermo Arizkorreta recién llegado de Baden-Baden: “Me aficioné a las carreras primero con Recta Final alrededor del año 87 y soy lector de A Galopar desde que arrancó. Durante mi época en Inglaterra estuve suscrito a ella. Es crucial para las carreras tener un medio de comunicación como A Galopar y tiene un mérito enorme haber aguantado tantos años. Ahora veo cómo también contribuye a la afición de mis hijos. Todos los martes la están esperando y hay peleas en casa por tenerla primero. Tengo que comprar varias para que haya para todos”. 

No existe aficionado clásico sin unos prismáticos colgando del hombro y una revista asomando por el bolsillo de su americana. Ioannes Osorio destacaba ese aspecto tan pragmático de la revista: Su formato de bolsillo es muy cómodo para llevar a las carreras. Hace de revista, de información y de programa. Siempre esperas su llegada. Lo ha representado todo porque es única y tiene muchísimo mérito llevar tantos años manteniendo tanta calidad. Eso ya me parece un milagro”. 

También los jockeys la esperan cada semana. José Luis Martínez ya era un jinete consagrado cuando apareció el primer número: A Galopar ha sido un referente tanto para el aficionado como para los profesionales. La esperamos como agua de mayo y la disfrutamos. Nos hemos acostumbrado a ella y, si no existiese, la echaríamos de menos. 

Jaime Gelabert, en cambio, no había nacido todavía cuando la revista apareció en los quioscos, pero pronto se convirtió en indispensable en su casa: “Empecé a leer la revista cuando mi padre montaba. La comprábamos todas las semanas y teníamos que organizar turnos en casa para poder leerla. Me hacía mucho ilusión, aunque sobre todo leía todo lo relacionado con los caballos de mi padre. Después empezó a montar mi hermana y también estaba pendiente de todo lo que se decía sobre ella. Y ahora, que monto yo, reconozco que es una ayuda muy importante. Te permite analizar las carreras y a ver cosas que, de otro modo, te pasarían desapercibidas” 

Para Marcos Carmena, otro coleccionista de recuerdos del turf, celebra la llegada de la revista con el mismo temblorcillo de manos acuñado por Fernando Savater y compartido por tantos aficionados: “Hay un hito semanal y es el día que sale la revista. La compro todos los martes por la tarde. Perderme un número, cuando me ha pasado por estar fuera, ha sido una tragedia. La revista tiene muchísima calidad, sobre todo si la comparas con otras similares que se publican en el extranjero. Quienes vienen de fuera se quedan asombrados al ver una revista tan completa en un país donde el turf no es un espectáculo mayoritario”. 

Miguel Ángel Ribera analiza estos 25 años desde una doble perspectiva: “Como editor y director de una revista (lo fue de Pura Sangre en los años 70) sé que da más tristezas que alegrías, tanto en lo personal como en lo económico. Como aficionado, en cambio, es una satisfacción saber que cada semana va a llegar ese momento en el que por fin, después de estar toda la semana pendiente de los partants, forfaits y reenganches, vas a tener en tus manos la revista”. 

Todos ellos brindaron por las bodas de plata de A Galopar. 25 años buscando ganadores, encontrándolos a veces, y acercando siempre un poco más el mundo de las carreras a viejos y nuevos aficionados. 

 Septiembre de 2021

Carlos Guiñales


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