ADRIÁN MARTÍNEZ

 

Adrián Martínez Torres, el futuro 

Adrián Martínez Torres es un joven madrileño de Aravaca, posiblemente el barrio con más turfistas por kilómetro cuadrado de toda España. Sin embargo, y a pesar de lo cerca que el hipódromo de La Zarzuela estaba de su casa, lo pisó por primera vez hace solo unos pocos años, cuando su cuñado, el jockey portugués Ricardo Sousa, le invitó a darse una vuelta por allí. Repitió, faltaría más, y hoy, con 22 años recién cumplidos, es uno de los escasos aprendices del turf español que posee la determinación de convertirse en uno de los grandes jockeys del futuro.  

TEMPLAR LOS NERVIOS 

Había hecho rutas a caballo en el lugar donde pasaba las vacaciones, pero los purasangres estaban todavía en un horizonte muy lejano. Cuando Sousa le invitó a conocer al hipódromo, y Adrián le vio ganar con Flanders Flame el Cimera y después con Antonella en una línea recta, empezó a gustarle de verdad ese mundo de batallas cuerpo a cuerpo y chaquetillas de colores. El círculo de Ricardo, sus amigos portugueses, lo acogió desde ese momento como a uno más: Era ligero y Tiago Martins me dijo que fuese a la cuadra un día, que le gustaría verme montar. Empecé como todos, primero en el patio, después en el picadero y, por fin, en la pista. Aprendí a montar con Manhaj, un caballo que Tiago había traído de Portugal, pero el primer cánter en la pista lo hice con Peruvian Queen. Al principio iba solo los sábados, y no todos, porque también jugaba al fútbol. Entre semana tenía que estudiar”. 

Los caballos se convirtieron en su principal afición. Una mañana Aprada le tiró al suelo y se le salió el hombro, pero no le importó. Tampoco le preocupó demasiado que en sus padres viesen con extrañeza el rumbo que había tomado lo que hasta entonces parecía un juego más: Primero dejé el fútbol y después cambié el horario de clases a la tarde para poder ir todas las mañanas al hipódromo. Quería aprender lo más rápido posible. En mi casa no se hacían a la idea, les costaba entenderlo, pero poco a poco cambiaron de opinión y mi madre ya viene de vez en cuando al hipódromo. Mi padre prefiere ver las carreras por televisión". 

Y llegó el debut. Tiago, de nuevo, le animó a dar el paso. Adrián se sacó la licencia de gentleman y saltó a la pista con High Baroque en una carrera para aficionados que se disputó en Madrid en junio de 2019: Todos, desde Ricardo a los propietarios de Elevage Reverdité, me dijeron que estuviese tranquilo, que lo disfrutase, que no pasaba nada si no me colocaba, y la verdad es que recuerdo poco de aquella carrera. En las siguientes estuve segundo con Novela, dos veces también segundo con Rubeen, tercero con Mr. Hobbs y segundo con Desert Deer en una carrera que podía haber ganado. Salimos bien y en la recta me veía primero, sentía que podía ganar, y entonces, cuando los demás empezaron a rematar, me pudieron los nervios... Es algo que me pasaba en las primeras carreras. Me ponía muy nervioso, me descoordinaba y no arreaba bien. Ahora he aprendido a templar esos nervios”. 

GANAR POR PRIMERA VEZ 

Adrián Martínez cambió su licencia de gentleman por la de aprendiz. Era el paso previo para llegar hasta el profesionalismo que se había marcado como meta. Ahora, junto con Andrés Felipe Chávez, Julia Zambudio y Luis Fonseca, es uno de los pocos jinetes que monta en España con licencia de jockey joven, lo que, unido a su físico liviano, le permite montar con descargo: Peso 52 kilos, pero como bien y puedo bajar a 50 sin pasar mucha hambre ni perder fuerza. He montado para casi todos los entrenadores que hay en España y tengo una buena relación con todos los jockeys. Siempre me intentan ayudar. Borja Fayos, José Luis Martínez, Ricardo Sousa y Jaime Gelabert me dan consejos incluso durante las carreras, me corrigen si ven que hago algo mal. Además de con Ricardo, tengo muy buena relación con Jaime, uno de mis mejores amigos”. 

Todos le felicitaron el día que logro su primera victoria el pasado 14 de marzo con Dancing Ballerina. Era una carrera en línea recta. Desde la salida, mientras el resto de jockeys buscaban el interior y el centro de la pista, Adrián se fue solo al exterior. Calculó bien la distancia, tocó una vez con la fusta a su yegua, que pagaba 11 a 1, y logró ganar por un par de cuerpos: Cerqueira me había dicho que salía muy rápida de cajones, pero que esperase todo lo que pudiese para pedirle. Nos situamos bien por fuera y esperé hasta 350 metros antes del poste, entonces le pedí y se fue a ganar. Sentí mucha alegría. No sabía ni como celebrarlo. Me acordé de todas las personas que me habían ayudado, pero también del trabajo duro de todos estos años. 

Un trabajo que ahora realiza a diario en el patio de Juan Luis Maroto. Lo que nos permite pasar revista a los caballos que mejor conoce como jinete de entrenamiento: Headhunter es un caballo que entrena muy bien por las mañanas, pero que después en carreras no se porta igual de bien. El avalista es un potro de tres años sin debutar, hermano de Madera de Jefe. Parece atrasadete, pero se mueve bien. Carolina West es una tres años que tampoco ha debutado. Viene de la subasta de Milagro y puede ser una buena potra, aunque tiene algo de genio y ya me ha tirado alguna vez.  También montó a otra dos años hermana de Madera de Jefe y a Medician Blue, una yegua maja de verdad. Entrena muy bien y nunca da problemas”.

Adrián Martínez admira entre los jockeys al francés Pierre-Charles Boudot, ganador del Arco 2019 con Waldgeist, y no descarta probar en algún momento fortuna en el extranjero, aunque de momento quiere seguir mejorando día a día en España: Me gustaría estar entre el top 10 de jockeys en España. Los recorridos que hago no son malos, intento cumplir las órdenes del preparador, aunque no siempre es posible y toca improvisar sobre la marcha. Prefiero venir rematando desde atrás, pero tampoco tengo problemas en montar a caballos punteros, como Rubeen. Aún tengo que mejorar mi habilidad con el látigo, mi forma de arrear y de tomar decisiones. 

Es autocrítico y humilde, y aparenta un carácter muy sosegado, pero también muestra la ambición propia de todo deportista. Adrián Martínez sueña con ganar algún día el Gran Premio de Madrid y la Copa de Oro. Es de Aravaca y hasta tiene apellido de gran jockey (José Luis, Diego…). Representa esa savia tan nueva como imprescincible para el turf español. 

Marzo de 2021 (publicado en A Galopar)

Carlos Guiñales


Comentarios

Entradas populares de este blog

África Mora-Figueroa

Nieves García

El Derby. Ayer, hoy y siempre