ENRIQUE MARTÍN

 

Enrique Martín, eterna afición


Locutor de las carreras, director de revistas especializadas, propietario, criador, susbastador y ahora comisario. La trayectoria de Enrique Martín en el mundo del turf abarca seis décadas y múltiples escenarios. Siempre ha estado implicado en el hipódromo, aunando su vocación profesional con una afición eterna.


LA VOZ DEL TURF


Cuentas que quienes se dejaron deslumbrar por el galope de los caballos siendo niños conservan su aficición durante el resto de su vida. Algo así debió sucederle a Enrique Martín, adicto al turf desde finales de los años 50 del pasado siglo: “Al principio, claro, iba con mi padre, y solo pensaba en jugar y corretear por el verde del hipódromo con otros chavales de mi edad. Creo que el primer Gran Premio de Madrid que ví, aunque apenas lo recuerdo, lo gano Terre de France, pero según pasaban los años la afición iba prendiendo en mí y con el tiempo, una vez que acabé mis estudios de periodismo, empecé a narrar las carreras para la emisora donde trabajaba, Radio España”.


La voz de Martín se hizo entonces muy popular. La radio era la única manera entonces de seguir las carreras para quienes no podían acudir hipódromo y los caballos se hicieron un hueco en los carruseles deportivos de los domingos: “Al principio transmitíamos las carreras desde el hipódromo de San Sebastián y luego continuamos haciéndolo desde Madrid y Sevilla. Cuando las carreras eran en Lasarte, el hipódromo de La Zarzuela abría sus puertas para que la gente puediera apostar y los aficionados las seguían por los altavoces a través de mi narración. Al principio era un imberbe sin apenas experiencia, pero creo que fui mejorando con el tiempo. Después de todo, era un gran aficionado, compraba las revistas y conocía bien los caballos”


En aquel tiempo, se convirtió de hecho en director de revistas hípicas (‘Caballos y caballeros’ fue una de ellas, ‘Purasangre’ fue otra) y llegó a ser presidente del Club Hipódromo a finales de los años 70, pero alcanzó su mayor popularidad a mediados de la década siguiente, cuando Ramón Mendoza dio impulso a las carreras y Martín se convirtió en su narrador para Televisión Española, acompañado por Marisa Abad y sustituyendo a Daniel Vindel, acercando el mundo del turf a millones de espectadores: “Aquella fue una época muy bonita, un auténtico boom para el hipódromo. En una jornada llegaron a jugarse 300 millones de pesetas en la quiniela hípica. No existían otras apuestas como la lotería primitiva o el euromillones y la gente jugaba a los caballos. Después llegaron las noches del hipódromo, que ayudaron a popularizar todavía más las carreras en los años ochenta. Fue una gran etapa que ojalá vuelva a repetirse algún día”.


Quizás una de sus facetas menos conocidas sea la de propietario y criador. En ambos casos lo hizo a pequeña escala pero con cierto éxito: “Fui propietario de Toscana, de la cuadra Aruba, una yegua que ganó cuatro carreras y con la que decidí criar. Tuvo cuatro o cinco productos, todos ganadores. Fueron Goleada, Periodista, Redactor, Locutor…. A todos los bautice con nombres afines. Me lo pasé muy bien y sirvió para aumentar todavía más mi afición a los caballos”.


ANTES Y AHORA


Como periodista, pero también como aficionado, Martín diserta sobre los campeones capaces de hacer grande un turf pequeño como el nuestro: “Recuerdo con muchísimo cariño a Chacal, Rheffissimo, Partipral, Young Tiger, Bannaby… Ahora tenemos a Rodaballo y a Maracay, y nos hace mucha ilusión cada vez que corren en el extranjero, lo que viene a demostrar que nuestros caballos son capaces de competir fuera y de hacerlo con éxito. Entre los jockeys, la época de Claudio Carudel y Román Martín fue maravillosa. Eran las estrellas del hipódromo. Los seguidores estaban divididos entre uno y otro. Verles montar era un espectáculo porque eran dos grandes profesionales. Los entrevisté miles de veces y siempre se comportaron de una forma maravillosa. Incluso en Lasarte, donde tenían que subir a la tribuna donde estábamos los medios, arriba del todo, venían y los entrevistaba entre carrera y carrera. Colaboraban una barbaridad para conseguir que el turf español se difundiese”.


Para él, que además de periodista fue jefe de prensa del Real Madrid durante una década, esa labor divulgativa a través de los medios de comunicación es fundamental para este deporte: “Quizás antes las carreras eran algo más populares porque casi todos los medios de comunicación contaban con un redactor que las seguía y escribía sobre ellas cada semana. Ahora eso desgraciadamente no ocurre, salvo en casos excepcionales, y es algo que deberíamos intentar recuperar”.

Como aficionado veterano que es, recuerda el pasado con cariño pero, lejos de recrearse en la nostalgia, demuestra también una gran confianza en el futuro y cree que el turf español podrá vencer los escollos que le impiden avanzar: “Creo que son varios las razones, principalmente burocráticas, que impiden arrancar con una apuesta exterior eficaz, pero me consta que los actuales responsables del turf lo están intentando. También están trabajando en la posibilidad de que se pueda jugar sobre las carreras de un hipódromo desde otros. Tengo muchas esperanzas puestas en el nuevo presidente del hipódromo de La Zarzuela, aunque personalmente no le conozco, y en Álvaro de la Fuente. Quiero ser optimista. Cada domingo veo mucha gente en el hipódromo y me consta que en San Sebastián también se está trabajando para mejorar las instalaciones cuando haya una nueva concesión en el hipódromo de Lasarte. Además es importante que vuelva a abrir el hipódromo de Dos Hermanas”.


COMISARIO DE CARRERAS


Antes de iniciar la charla, el propio Martín me lo había advertido: los comisarios de carreras tienen un acuerdo tácito que les impide hacer declaraciones sobre temas técnicos y solo Carlos Reyero puede ejercer como portavoz en situaciones muy concretas. Su labor actual es seguramente ingrata -investigar irrgularidades, aplicar sanciones, distanciar a participantes del puesto que ocuparon en la meta- y rara es la semana que no surge algún pequeño conflicto: “Es la labor más difícil que he tenido que realizar, pero alguien tiene que hacerlo y yo lo hago con cariño. Comprendo y respeto que siempre haya alguien que no esté de acuerdo con las decisiones que tomamos, pero hay un código que tenemos que aplicar y lo hacemos con el mejor criterio posible. Soy consciente de que a veces nos podemos equivocar, pero siempre lo hacemos con la mejor intención y con total libertad”.


Martín no esquiva, sin embargo, uno de los temas que mayor debate está generando en el mundo de las carreras en los últimos tiempos, el uso de la fusta: “En todos los países de Europa se está limitando cada vez más precisamente para preservar al animal del castigo, y eso lo tenemos que entender todos. La fusta no gusta en la grada y hay asociaciones animalistas que no quieren que se castigue al caballo. Tenemos que mejorar la imagen del turf y creo que los profesionales lo están entendiendo, aunque de vez en cuando les toca pagar con una sanción ese exceso de fustazos. En mi opinión, es una situación que no tiene vuelta atrás y llegará un momento en el que la fusta no podrá utilizarse, como ya ocurre en algunos países”.

Avanzar implica modernizarse. Todos los deportes lo hacen. Enrique Martín, que vio ganar a Terre de France aquel Gran Premio de 1958, sabe que el turf también debe hacerlo. 

Octubre de 2021

Carlos Guiñales 


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