José Antonio Rodriguéz (JAR)

El próximo domingo, cuando los caballos galopen hacia la meta, echarán de menos -en mitad del estruendo- la figura de un hombre callado apostado a ras de hierba junto a un extraño artilugio.

Hoy hemos perdido a José Antonio Rodríguez y el turf ya no será igual. Pero JAR nos deja para siempre su rigor, su sabiduría enciclopédica, sus imágenes precisas y un amor infinito por el turf. También nos deja su extraordinaria humildad. ¿Recuerdas, Jose Antonio, cuánto costó hacer aquella entrevista porque no te considerabas importante? Muchas gracias, amigo, por los breves pero provechosos ratos que compartimos. 

(26 de abril de 2017)




JOSÉ ANTONIO RODRÍGUEZ. DECANO DEL TURF

Datos, números, imágenes, nombres, caballos, hipódromos, jockeys, chaquetillas... Lo primero que advierte José Antonio Rodríguez (JAR) antes de empezar la entrevista es que va a ser incapaz de recordarlo todo... Porque ese todo abarca 57 de sus 75 años de vida dedicados al turf: la mayoría de ellos cámara en ristre, haciendo eterno el instante fugaz de un purasangre cazando a otro en la línea de meta.

2 DE JUNIO DE 1957

Esa fecha la recuerda muy bien. Fue su primer día en las carreras: "Acababa de terminar el primer curso de Económicas y no había fútbol, así que un amigo y yo nos acercamos al hipódromo. Comparado con el estadio, el recinto de tribuna me pareció un oasis de paz con un panorama espectacular. Me gustó tanto que repetí el 29 de junio para ver el Gran Premio de Madrid". Era el día que Carudel debutaba en España montando a Abe de Fuego, aunque eso lo descubrió después. Lo importante entonces fue que la llama del turf había prendido: "Entré en la Peña Primer Paso, catacumba hípica -decía Rafael Castellano- donde se vivían las carreras muy apasionadamente con sus poules y concursos de pronósticos. Mi primer amor fue Wildsun, pero después llegaron los Chacal, Rheffissimo, El País, Revirado, Teresa, Entre Copas... En España la carrera que más huella me dejó fue la Copa de Oro ganada por Rheffissimo en 1976 después de una recta final apasionante. Entre los jockeys me quedo con Carudel, Román Martín, Florentino González, Medina y José Luis Martínez, pero también con José Antonio Borrego y Santiago Calle, a los que vi hacer auténticos milagros. Ten en cuenta que he visto montar a los padres, abuelos y hasta bisabuelos de algunos jinetes actuales.”

FOTOGRAFIANDO EL TURF

Su afición por el turf corre paralela a su interés por la fotografía. Desde principios de los años 70 tomaba imágenes de las llegadas con viejas cámaras analógicas de medio formato y en 1974 comenzó a publicarlas en Pura Sangre: "Después de cada disparo tenías que cargar, encuadrar, enfocar y medir la luz con películas de baja sensibilidad. Antes ser fotógrafo exigía una formación técnica y artística muy profunda. Ahora resulta imposible no lograr una foto decente; solo tienes que encuadrar bien, por lo que cualquiera se atreve a intentarlo. Yo siempre digo que era mejor fotógrafo antes que ahora".

En 1978, con la aparición de cámaras que disponían de objetivos con zoom de largo alcance, la fotografía dio un salto decisivo. JAR pudo por fin convertir sus dos pasiones en profesión y comenzó a recorrer los hipódromos del mundo entero de forma regular, viajando en el tiempo de El Saler a Mijas, de Longchamp a Chantilly, de Newmarket a Aintree, de Churchill Downs a Belmont Park. También, por supuesto, a Meydan: "¿Mi foto preferida? Tengo muchas, pero destacaría un reportaje que hice sobre la victoria de Las Meninas en la Mil Guineas de 1994; y también guardo una muy especial, por lo sucedió después, en la que aparecían juntos Mª Pilar Gómez y Juan Pedro Espinosa en un galope de entrenamiento".

Su colaboración con Pura Sangre no se limitaba solo al campo de la imagen: "Miguel Ángel Ribera creó una revista muy diferente a lo que se estilaba entonces, con muy distintos y variados colaboradores. Además de las tiras de llegadas, publicaba pronósticos, artículos, estadísticas y hasta editoriales. Después, en 1984, fiché por Recta Final y amplié mi campo de acción al turf internacional. No había internet, claro, y me hice suscriptor del Racing Post inglés y del BloodHorse estadounidense para poder estar al día de todo. Recuerdo que era carísimo si querías que recibirlo con rapidez".

JAR completa su colosal archivo fotográfico con una de las bases de datos más completas que pueden encontrarse sobre el turf español, una obra que inició en su juventud y sobre la que también ha cabalgado a lomos de la revolución tecnológica, como podemos comprobar en la web www.equijar.com creada por él hace unos años: "Tengo fichas manuales de todos los caballos que corrieron entre 1968 y 1989. Un año después, con la aparición de la informática, nació realmente mi base de datos digital. Actualmente estoy informatizando datos anteriores para llegar a 1985 y conectar con los libros de Paco Salas (“Madres de corredores de España: 1941-1984”) que son de lo mejor que se ha escrito sobre turf en España. El problema añadido es que desde 1990, cuando Fomento cayó en manos de incompetentes, dejaron de publicarse las guías anuales de las carreras que venían editándose desde 1916. Llevamos 25 años sin resultados oficiales".

AL PIE DEL CAÑÓN

José Antonio vive con preocupación el delicado momento que atraviesa el turf en España: "A nivel deportivo se están consiguiendo resultados impensables hasta hace poco. Cada vez estamos más cerca del sudoeste francés. Eso es mérito de los criadores -con Felipe Hinojosa a la cabeza-, pero se me parte el corazón al ver cómo en las subastas se retira un potro criado con esmero sin alcanzar ni siquiera los 3.000 euros iniciales por culpa de la falta de expectativas. La pugna HZ-SFCCE puede desembocar en tragedia. Subsistir a base de ayudas estatales es incluso inmoral y hay que buscar otra forma para que las carreras se autofinancien. No veo a LAE con capacidad ni ganas para gestionar la apuesta exterior y cada vez es más difícil ver las carreras por televisión. Lo ideal sería entrar en un circuito de apuestas por Internet, pero con un control sobre los operadores para que reviertan en las carreras un porcentaje de las apuestas."

A una edad a la que ya casi nadie trabaja, José Antonio Rodríguez continúa fotografiando las carreras desde el ángulo más difícil, con la cámara apuntando siempre a los caballos en contrapicado cuando se acercan al límite de su esfuerzo: "En el hipódromo estoy solo pendiente de las fotos. Hace muchos años que no apuesto y las carreras las veo en diferido por Teledeporte. Disfruto con mis visitas a La Zarzuela entre semana. Allí, puedo cambiar impresiones con los profesionales y aficionados mientras veo los galopes de entrenamiento". Todo lo hace sin despegarse de la cámara, su tercer ojo, el que es capaz de detener el tiempo y capturar en una sola imagen la profunda belleza de las carreras de caballos.

Noviembre de 2014 (publicado en A Galopar)

Carlos Guiñales







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