Cielo de Madrid
JULIÁN LÓPEZ, PROPIETARIO DE LARGO RECORRIDO
Julián López, junto a Bohemian Rhapsody |
A Julián
López, propietario de la cuadra Cielo de Madrid, le gusta visitar la cuadra
a menudo. Asiste a los galopes, charla con los mozos, saluda cariñosamente a
sus siete magníficos (los caballos) y departe largo y tendido con Ovidio, su preparador desde hace más de
30 años. Bohemian Rhapsody corre
este domingo el Premio Benítez de Lugo, la carrera que lleva preparando desde
principios de año: “Tenemos la esperanza
de ganar”, dice con cautela. Si lo consigue, pondrá la guinda a su
trayectoria como propietario, marcada a veces por la mala suerte, pero siempre
por una fidelidad al turf constante y duradera.
LOS
ORÍGENES
Fue su padre –también llamado Julián- quien
le transmitió el amor por el turf: “Se
aficionó a través de un amigo suyo, el propietario de la cuadra Navacerrada, y
compró cuatro yearlings en la subasta de otoño de 1983. Eran Gugú, Bracamonte, Papi y Sentimental. Seguramente son los cuatro
caballos que recuerdo con más cariño. Fue Gugú
el que nos dio la primera victoria, en el verano del año siguiente en Lasarte.
No pudimos ir y vimos la carrera por televisión. Fue muy emocionante. Nunca
había visto a mi padre llorar hasta aquel día”.
Julián López ha recopilado desde entonces
todos los datos de la cuadra: 1754 carreras, 108 victorias y 576 colocaciones.
99 caballos han debutado con los colores verdes y amarillos de la cuadra de Alcobendas
en 31 años de presencia ininterrumpida en las carreras: “Salvo la Yeguada Militar, ninguna otra cuadra lleva tanto tiempo
corriendo al menos una carrera cada año. A veces hemos tenido más caballos y
otras menos, pero siempre hemos estado ahí”.
En 1993 su padre cayó enfermo y tuvo que
coger personalmente las riendas de la cuadra, pero entonces ya estaba plenamente
enganchado al turf: “El primer caballo
que compré fue Gran Visir, que llegó
a correr la Copa de Oro. Fue muy importante para mí. Después llegó el cierre
del hipódromo. Teníamos cuatro caballos y decidimos continuar”.
LUCES Y
SOMBRAS
Fueron tiempos difíciles, pero reconoce que
aprendió a disfrutar del turf de otra manera: “Pasaba muchas mañanas en el hipódromo, viendo los galopes con Leopoldo Michelena y otros propietarios
ya desaparecidos. Solo quedábamos tres o cuatro cuadras y un par de entrenadores,
pero había carreras en Lasarte y Pineda y manteníamos la ilusión. Lo más duro
fue cuando empezaron las obras y Ovidio
tuvo que llevarse los caballos a Sevilla. Yo me escapaba en el AVE siempre que
podía para pasar el día con ellos”.
La espera duró casi una década. El 23 de
octubre de 2005 un potro llamado Diurno,
de la cuadra Cielo de Madrid, ganó la primera carrera de la jornada de
reapertura: “Me la perdí. Estaba de
espaldas a la pista, hablando con Juanma
Loro. Falló la megafonía y no sabía que los caballos ya estaban corriendo.
Cuando por fin me giré vi a Diurno casi
cruzando la meta. Juanma me
felicitaba y yo no entendía nada. Disfruté de la victoria después, durante la
entrega del trofeo, viendo cómo mi madre lloraba de emoción”.
Diurno, Alfred y Satélite
ganaron cinco carreras; La Rubia
ganó siete. Pero si hay un caballo imposible de olvidar ese es Cambalache GR. Venció en cuatro de sus
seis salidas a la pista, incluido el Gran Premio Nacional: “Era el patito feo. No se vendió en la subasta, pero me gustaba, tenía
una cuadra con varios amigos y les propuse que lo comprásemos. No quisieron y
les dije: vale, entonces me lo quedo yo y voy a ganar el Derby con él… Y sigo
convencido de que lo habría ganado, pero un día antes de la carrera el caballo
se rompió un tendón. Intentamos recuperarlo con una técnica que nunca se había
empleado antes, pero sus tendones eran tan débiles que, cuando parecía recuperado,
volvía a lesionarse. Al final desistimos, pero ahora está feliz, otra vez en la
yeguada GR donde nació”.
La mala suerte persiguió también a otros
futuribles campeones de la cuadra: “Perdimos
a Isla Rubia, una compra especial
que hicimos en Irlanda; a Diamant du
Soleil y a otro hijo de Solina (por
Gentlewave) que habría sido un
campeón pero sufrió un accidente fatal en la yeguada. Las desgracias se olvidan
cuándo ves a un caballo tuyo ganar una carrera, aunque sea un hándicap de
tercera parte, o cuándo un potro que has criado llega por primera vez al
hipódromo”.
Esa faceta, la de criador, es la que más le
ilusiona últimamente. Actualmente tiene a Solina
en Francia y a La Rubia en España: “A Solina
la perseguí por toda Francia hasta que conseguí comprarla en un reclamar. Me
gustan los orígenes alemanes porque dan caballos de distancias clásicas. Tiene
un yearling (por Desert Style) que va
a quedarse estabulado en Francia. Me encantaría conseguir la negrita algún día.
Y con La Rubia estamos muy
ilusionados. Tiene una yearling por Della
Francesca, una foal por My Boy
Charlie y está preñada de Caradak.
Antes elegía yo mismo los cruces después de estudiarlo mucho. Ahora me asesora Rafael Rojano”.
MIRANDO AL FUTURO.
Su predilección por Bohemian Rhapsody es indisimulable. Llega en el mejor momento a la
carrera clave: “Está muy bien, con la
edad ha cogido fondo y este es su objetivo del año. Aunque me asustan Infinity One, que lleva mucho tiempo
escondida, y Charosca. Espero buenas
cosas de la cuadra este otoño. Innuendo
ha vuelto después de una castración y está más tranquilo. De los potros el que más
me ilusiona es The Miracle, aunque
también tenemos un tordo (hijo de Pilarika)
con buena pinta y una potra, Borntoloveyou,
que ha mejorado bastante y seguramente debutará este domingo”.
El futuro del hipódromo lo vive con la misma
inquietud de siempre: “Salvo algún breve
episodio de gloria, la salud del turf en España siempre ha sido muy delicada.
No podemos compararnos con Francia o Inglaterra porque aquí no existe
tradición; siempre hemos sido cuatro románticos. Fomento debería haber desaparecido
hace muchos años porque no pueden regular las carreras quienes están dentro de
ellas, incluso como propietarios. Aunque me da miedo y pavor que queden en
manos de la Real Federación Hípica. El turf debe de estar regulado por un
órgano independiente, formado por muy pocas personas, que dependa directamente
del Consejo Superior de Deportes”.
Nuestra charla concluye. Julián López se queda hablando un largo rato más con su amigo Ovidio Rodríguez: “Es una relación muy familiar. Siempre hemos confiado en él. Como
preparador, toma las decisiones, pero muchas las consensuamos”. El domingo,
cuando Borntoloveyou salga a la
pista, cien caballos habrán debutado en el hipódromo con los colores de Cielo
de Madrid.
Septiembre de 2014 (publicado en A Galopar)
Carlos Guiñales
P.D: El gran Cambalache GR murió pocos meses después de la publicación de este reportaje y el turf español estuvo al borde de la desapareción a causa del conflicto entre Hipódromo de La Zarzuela y Sociedad de Fomento. Ovidio Rodríguez se retiró y la cuadra Cielo de Madrid emigró a Francia con Enrique León como preparador de sus caballos. Ahora, por 32º año consecutivo, sus colores vuelven a correr en España. The Miracle ha ganado esta misma semana en Dos Hermanas y Bohemian Rhapsody, la adorada yegua de Julián López, buscará el domingo en Madrid la anhelada negrita en el Listed Gran Premio de la Hispanidad. El turf siempre concede segundas -y hasta terceras oportunidades- a quienes persiguen sus retos con ahinco.
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